Lo refinado y lo burdo se mezclan en esta obra de Juan Filloy.
Una reflexión sobre la complejidad humana se esconde tras la narrativa de la historia de una familia adinerada en Argentina. Una hacienda como el escenario de una pasión que traspasa las fronteras sociales. Lo refinado y lo burdo se mezclan en esta novela erótica.
Juan Filoy lo narra y marca su pluma emitiendo estas reflexiones. Con su gran conocimiento de la vida y los hombres nos da una visión adelantada a su tiempo.
Escritor libre, no se deja dominar por ningún criterio de grupo formado, o de moda. No se consideraba escritor, por lo tanto, no deseaba el premio ni el aplauso, hacia impresiones de sus libros y en tirajes de 300 ejemplares se los enviaba a sus amigos.
Abogado de profesión y juez, era hijo de comerciantes inmigrantes. Padre Gallego, su madre era analfabeta.
La descripción de la estancia de Los Capitanejos retrata el coche cultural de los ingleses y la barbarie, el lijo versus el que doma potros salvajes. Quinto como el áspero y se da el fenómeno de Verena (Personajes hostil pero lleno de laberintos internos) se siente obligada por su estructura a ser la administradora y mano de hierro, pero se abandona a una pasión sucia con Quino. Novela erótica. Contada con una erudición. Muy sabio, conocía la condición humana, tira verdades a cada rato usando las anécdotas como trampolines para otras cosas, expresa puntos de vista.
Adelantado a su época, comenzó desde los años 30´s y 40´s escribió novelas sobre temas que después se pusieron de moda.